Aunque quizás el título del artículo de la sección el investigador invitado en el número anterior, “Crear una revista es fácil. Mantenerla y prestigiarla ya no lo es tanto. El ejemplo de Limnetica”, podría, digámoslo así, menospreciar el esfuerzo que supone generar y comenzar el proyecto de una revista, acierta definitivamente en su segunda apreciación, acerca de la dificultad de mantenerla en el tiempo y no digamos, el darle prestigio.

Cabría decir, aunque también pudiera ser aventurado, que la publicación Chronica naturae haya superado los dos primeros escollos de su carrera; nació con el primer número el año pasado, con una aceptación más que notable y lanza ahora el segundo, que esperemos sea de mayor impacto en los sectores a los que está dirigido. Decimos aventurado, pues nadie asegura, y menos en estos tiempos que nos amparan, el que nada sea permanente. Pero desde el Comité Editorial, estamos seguros de que su continuidad está prácticamente garantizada. Así podemos decir que hemos conseguido estos dos primeros propósitos de los que hablaba nuestra investigadora invitada, Julia Toja Santillana.

En cuanto a prestigiar esta revista, tenemos como principales objetivos alcanzar activamente a distintos sectores y ampliar el Comité Revisor haciéndolo más diverso y de calidad, por supuesto sin desdeñar el esfuerzo de los investigadores que ya han prestado su ayuda. Respecto a este Comité, y buscando una vía diferente a la de muchas revistas científicas en la búsqueda de revisores, invitamos desde aquí a investigadores que quieran prestar su ayuda, que contacten con nosotros haciendo de esta revista un proyecto global y alimentado con el esfuerzo de muchos.

En cuanto a su difusión, no tenemos datos objetivos que nos permitan discutir sobre el éxito alcanzado entre los distintos colectivos a los que va dirigida, pasando desde el público general hasta los ámbitos científicos. Aún así, por los datos indirectos que hemos podido recabar, quizás hay que mejorar la difusión de la revista en algunos aspectos, pues nos consta la aceptación que el proyecto ha tenido en el mundo científico, pero nos falta confirmar o hacer realidad la consulta activa de la revista por parte del público general y otros ámbitos. Por supuesto, el tiempo es el que le dará la difusión que creemos necesaria para hacer de este proyecto un referente en la conservación y difusión de la ciencia en España. No obstante, somos realistas y tendremos todavía que esperar unos números más para poder llegar a dónde queremos.

El primer paso que hemos planteado para mejorar nuestra difusión es la presentación pública de la revista, en un ámbito de divulgación científica como es la Casa de la Ciencia en Sevilla, que acompañará el lanzamiento de este segundo número y que hemos esperado a celebrar hasta tener alcanzada la meta de haber hecho de este proyecto una realidad permanente.

Por supuesto, y dejamos estas líneas para el final de este escrito, hemos de puntualizar que estos dos primeros números no habrían sido posible sin el apoyo que hemos recibido por parte de los autores, compañeros del mundo de la investigación y la conservación, a los que en muchos casos nos une algún vínculo profesional y personal. Desde aquí os queremos dar las gracias a todos: Julia, María, Enrique, Alexis, Free, José, Amparo, Miguel, Fidel, Maite, Alejandro, Ana, Vicky, Daniel, Mario, Andrea, Elena, Juanjo, Alfonso, Miguel y todos aquellos que habéis colaborado de una forma y otra en la elaboración de estos manuscritos y los estudios que los sustentan. Y gracias a Inma y Nacho, pues tampoco nos olvidamos del esfuerzo del equipo de maquetación de elchinoviene, por su paciencia y profesionalidad.

Esperamos que los artículos que figuran en este segundo número os hagan disfrutar de su lectura y contenidos y que los números venideros hagan de este proyecto a vuestros ojos algo tan atractivo como lo es para los miembros de esta Asociación.

Un saludo.